Todo ciclo tiene su cierre, y algunos años se sienten más que otros. Ya se nos va la última de las fundadoras, por cuya mano pasó cada hoja de seis ejemplares. También nos deja la editora que heredó el timón al arranque del viaje y nos guió por aventuras cada vez mayores. Cuelga el pincel el visionario de tantas portadas emblemáticas. Se nos alejan de los teclados tantas escritoras nuevas y antiguas.

Las vi formar una idea atrevida. Las vi acuñar un nombre y una imagen que abarcara esta identidad de causa, cultura, y travesura. Las vi deslumbrar a una ciudad que no las esperaba, pero que de inmediato paró a oírlas.

Los vi dictar talleres en conferencias de jóvenes líderes, animando a otros a atreverse a hacer algo así, levantar la voz, alzar el puño y la letra.

Las vi dirigirse al micrófono en recitales de prosa y poesía. Las vi agarrar el megáfono en marchas y acciones. Los vi susurrar intimidades y lanzar verdades.

Los vi, y aunque no las volvamos a ver no se nos perderán de vista. El orgullo perdura, igual que la confianza que siento al saber que este proyecto suyo, por grande y único que sea en el momento, por profundas las huellas que deje, por hermoso que hayan sido estos logros, será apenas el comienzo de las largas travesías y travesuras que liderarán todas ustedes. Abrazos y despedidas. Las queremos mucho. El porvenir las espera.