En una institución predominante blanca como Lincoln High School, para un estudiante latine no es común sentir que pertenezcas en un salón de clases. Tener profesores latines que no solamente entiendan tus experiencias sino que reflejan parte de tu humanidad es esencial para nuestro bienestar y éxito. 

El profesor Pablo Dipascuale fue mi primer maestro latino después de tres años en Lincoln. Me ha hecho sentir más segura en mi identidad como estudiante latina. En lugar de sentirme como una extraña, tenerlo a él como maestro me ha dado más orgullo en mi patrimonio cultural. No solo enseña bien, sino también hace el esfuerzo de desarrollar conexiones personales con sus estudiantes. Es obvio lo mucho que le importan sus estudiantes, más allá de lo académico, como individuos. -Carmen

Ahora después de nueve años, nuestro profesor querido está dejando  Lincoln para comenzar un segundo título de posgrado y un doctorado en literatura española en Argentina. En su tiempo en Lincoln desde 2013, ha tenido un efecto grande en estudiantes de todas las edades, desde el FLI de noveno grado hasta sus clases de español de varios niveles. Con su sentido del humor y personalidad acogedora, el profesor ha logrado hacer que sus estudiantes se sientan bienvenidos mientras también inspira pasión por las materias que enseña. 

Su impacto enorme se ha extendido fuera del colegio; también ha dirigido el equipo de fútbol masculino por siete años, en que su equipo ganó el campeonato del estado en 2015. Dipascuale espera que su legado sobrevive en la consciencia de Lincoln como alguien que ha tratado a sus estudiantes y atletas como “seres humanos y no más”. Al final del día, después del análisis literario o los éxitos del deporte, las conexiones valen más que todo para el profesor compasivo. Aunque estamos tristes por perder un profesor al que le importan tanto sus estudiantes y nos hace claro lo mucho que nos apoya, estamos entusiasmados porque está persiguiendo sus sueños. 

Profe, ojalá siga compartiendo sus talentos con el mundo.